“Porqué te metiste al Hall?”
Hay preguntas recurrentes, que nos hacen con insistencia o nos hacemos...
Nunca falto quien erróneamente vió al Hall, como un centro correccional o la panacea, que iba a resolver los problemas que en casa no se supo atender. Y nada más erróneo, porque si ingresar era difícil, mucho más el mantenerse. Pues para comenzar había un examen de admisión que aprobar(médico, físico, psicológico y académico) y si ingresabas, todos allí éramos voluntarios, en cualquier momento se podía solicitar el retiró, sin que los padres pudieran poner oposición.
Y si, más de alguna vez, nos topamos con esa pregunta tendenciosa, de conocidos o “amigos” vos porque te metiste al Hall o te metieron?
Pero uno sabe la respuesta, pues contra toda percepción, fue un momento de inspiración. Pues que niño de 11, 12, 13 años se somete voluntariamente a la disciplina militar y sus exigencias? Que niño, que solo busca el juego y divertirse, va a rendirse a una mística por el desconocida, al menos que haya dentro de sí, ese algo que lo mueva y lo haga enfrentar los retos con estoicismo.
Y lo vuelvo a repetir si ingresar fue un reto, permanecer es toda una odisea. Pues para permanecer hay que observar buena conducta(pues el reglamento contempla la expulsión por faltas graves, así como por la acumulación de deméritos), hay que demostrar suficiencia académica( si al finalizar el ciclo escolar se tiene 4 o más materias perdidas se causa baja y si al tomar la única oportunidad, se pierde una la opción es repetir o retirarse).
Si, los motivos para ingresar, pudieron ser de los más variados y si fueron por un momento de inspiración, esa no es suficiente sino va aunada a la constancia, perseverancia y vocación.
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#Hallistasporsiempre
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