“Ser hallista...”
Nosotros no somos ex alumnos, porque ser hallista es para siempre. Cuando ingresamos nacimos a una nueva mística, fuimos moldeados en la fragua de ese crisol de voluntades, de donde nacen esos amores, a la tierra de la eterna primavera.
Porque el hallista, no pasó por el Hall, como quien va a una excursión, ya que entre filas nos nació esa vocación de servir a la patria, de querer ser mejor, para que nuestro desempeño sea una ofrenda de amor.
Lo que se aprende bien, jamás se olvida, permanece a lo largo de la vida. Porque somos caballeros y también guerreros si la vida nos lo exige. Nuestra gallardía, no es altanería, ni se confunda nuestra prudencia con cobardía.
Ser hallista, lo vivimos día a día, dentro y fuera del aula, dentro o fuera del plantel, porque el uniforme no fue un disfraz, fue la investidura que portamos con honor.
Algunos abrazaron la carrera de las armas, otros siguieron su vocación y escogieron una diferente profesión, pero el espíritu es el mismo, pues como civiles o militares, mantenemos en alto esos ideales.
Por eso no somos ex alumnos, pues el día en que rompimos filas, quedamos a disposición, si nos llama nuestra nación. Hallistas por siempre.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: capitán Rodolfo Muñoz
Nosotros no somos ex alumnos, porque ser hallista es para siempre. Cuando ingresamos nacimos a una nueva mística, fuimos moldeados en la fragua de ese crisol de voluntades, de donde nacen esos amores, a la tierra de la eterna primavera.
Porque el hallista, no pasó por el Hall, como quien va a una excursión, ya que entre filas nos nació esa vocación de servir a la patria, de querer ser mejor, para que nuestro desempeño sea una ofrenda de amor.
Lo que se aprende bien, jamás se olvida, permanece a lo largo de la vida. Porque somos caballeros y también guerreros si la vida nos lo exige. Nuestra gallardía, no es altanería, ni se confunda nuestra prudencia con cobardía.
Ser hallista, lo vivimos día a día, dentro y fuera del aula, dentro o fuera del plantel, porque el uniforme no fue un disfraz, fue la investidura que portamos con honor.
Algunos abrazaron la carrera de las armas, otros siguieron su vocación y escogieron una diferente profesión, pero el espíritu es el mismo, pues como civiles o militares, mantenemos en alto esos ideales.
Por eso no somos ex alumnos, pues el día en que rompimos filas, quedamos a disposición, si nos llama nuestra nación. Hallistas por siempre.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: capitán Rodolfo Muñoz
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